DING DONG!! Se escuchó en casa de Donald.
-¿Quien es? -Contestó el pato.
-Soy Mickey Mouse.
-¡¡Hombre!! Mickey Mouse, cuanto tiempo, pasa pasa! -Dijo Donald muy feliz de volver a ver a Mickey.
-¿Cómo va? -Preguntó Mickey.
-¿Bien y tu? -Contestó Donald.
-No muy bien. -Dijo Mickey.
-¿Qué es lo que te pasa? -Preguntó el pato.
-Que me quedé sin fuerzas y mañana no podré acudir al partido que juega mi equipo. -Dijo Mickey
Vale, vamos a casa de mi tio a que te vea como vas... -Añadió Donald.
Primero fueron a casa de Mickey y les dijeron a Minnie y a Daisy que cojían el coche, que se iban a casa del tío de Donald.
Minnie y Daisy les preguntaron:
-¿Podemos ir nosotras también?
-Sí. -Dijo Donald
Y se montaron los cuatro en el coche y se fueron a casa del Tío Gilito.
El Tío Gilito se lo rebisó una y otra vez hasta que al final dio en el punto exacto.
-¡¡Ya te lo he encontrado Mickey, ya sé lo que vamos a hacer!! -Dijo el Tío Gilito.
Te voy a dar un pózima que en 5 minutos te pondrá otra vez las pilas.
-Gracias Tío Gilito. -dijo Mickey.
-De nada. -Contestó Tío Gilito.
A los 5 minutos se puso otra vez como antes y ahora si que podria correr más rápido y golpear más fuerte al balón.
Al día siguiente tenían que jugar un partido y ganaron 3-0 gracias a la pózima del Tío Gilito.
Al próximo día se volvió a encontrar con el Tío Gilito y le preguntó si le había dado resultado
Mickey le contestó:
-Sí, me ha dado resultado.
-Pues cualquier cosa que te pase vienes y lo arreglaremos, ¿vale? -Dijo Tío Gilito.
-Vale -Añadió Mickey.
Luego, al salir del estadio, había un control antidopping y tenían que pasar todos los jugadores por ahí.
Y cuando le tocó a Mickey se paró a pensar y fue a decirle a Tío Gilito que le pillarian.
Entonces el Tío Gilito le dijo:
-Pásalo tranquilo que solo te he dado agua con azúcar para que te creyeras que tu solo lo podías hacer.
Y lo pasó tranquilamente.
Luego al salir del estadio se dispidieron y se fueron cada uno a su casa.
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